El pasado 16 de junio se completó la agenda de sesiones prevista para el grupo de trabajo “Ciudades Próximas y Ecología Urbana”, que contó con la participación de las ciudades de Barcelona, España; Bogotá, Colombia; Cuenca, Ecuador; La Habana, Cuba; Mendoza, Argentina; y Puebla de Zaragoza, México.

Esta es una iniciativa que impulsan el Área de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad y la Dirección de Justicia Global y Cooperación Internacional del Ayuntamiento de Barcelona, junto con el CIDEU, como un espacio de cooperación técnica internacional para abordar soluciones a los desafíos urbanos a través del intercambio de conocimientos y experiencias entre iguales, en la implementación de estrategias y políticas de movilidad, espacio público, emergencia climática, proximidad y verde urbano.

El grupo comenzó a trabajar a fines de 2020 y se reunió en diez sesiones de trabajo, en las que técnicos/as y representantes de las ciudades compartieron desafíos, ideas, buenas prácticas y aprendizajes vinculados a las temáticas expuestas.

Desde la experiencia de Barcelona se intercambió sobre las claves para lograr una ciudad próxima, relacionadas con el concepto de barrio, la vivienda en los tejidos consolidados de la ciudad, las redes de espacio público, los sistemas de dotaciones, la ecomovilidad y la naturalización. Se trabajó un proyecto de cada ciudad, que recibió retroalimentación de sus pares: el plan de espacios públicos de Puebla, el sistema de supermanzanas de la ciudad de Cuenca, la transformación de ejes viarios de Mendoza, los barrios vitales de Bogotá, y las actuaciones de desarrollo y renaturalización en la bahía y en el frente marítimo de La Habana.

Tanto los temas expuestos como los ejemplos estratégicos que se han mostrado en el grupo de trabajo han permitido establecer un buen diálogo e intercambio de conocimientos, así como la posibilidad de implementar en cada territorio iniciativas más efectivas e integrales.

Quienes participaron de este espacio valoraron las recomendaciones e ideas compartidas sobre los desafíos y planes locales presentados por cada una de las ciudades, la amabilidad del espacio para poder compartir problemas y sentirse acompañados, a pesar de la diversidad de cada territorio; la invitación a pensar una visión holística y estratégica de ciudad que sea transversal a la diversidad de departamentos que deben de verse implicados en la visión de una ciudad próxima; y,  entre otros aspectos, la importancia de pensar en los tiempos que deben marcar cada parte de un proyecto. Por último, a nivel organizativo, se valoró la organización de los conocimientos y recursos que ofrece la metodología de trabajo implementada.

El grupo volverá a reunirse en el mes de octubre para dar cuenta de sus avances y ver cómo los proyectos se han impregnado de los aprendizajes obtenidos en esta microrred de cooperación.